Reflexión sobre la mentira del país que miente: Costa Rica, un país que conocerlo de verdad da pena. Si por ellos fuera se añadirían como un nuevo Estado-USA

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sábado, 21 de junio de 2008

prostitución infantil, quién se hace cargo?

Clientes de la vergüenza? prostitución infantil, quién se hace cargo?
Encontré este interesante y doloroso artículo de Pilar Rahola, periodista, filósofa española, y me lle´gó a las entrañas, la realidad de miles de nenas, la triste realidad a los que todos voltean la cara, qué pensás?
No hablo de la patología aberrante de la pedofilia, sino de algo más común, más bien llevado, hasta más comprensible. Hablo de ese amigo con dinero que de vez en cuando se va al tercer mundo a divertirse un rato, después de tanto trabajao, y casualmente liga como un loco, y siempre son muy jóvenes, y vete a saber si llegan a los 18, son tan creciditas en esos países, y tan promiscuas, y saben tanto, uno no va a preguntar más de la cuenta, al fin y al cabo les ayudamos a comer… Hablo de mi amigo, de tu amigo, de los miles de amigos que conforman un negocio de prostitución infantil que mueve miles de millones de dólares al año. Hablo de los 25.000 niños prostituidos en la República Dominicana y cuyos servicios son ofrecidos incluso por Internet. Hablo de los 2.000 niños en Bucarest que se venden por un dólar. Hablo de las 150.000 niñas nepalíes que la UNICEF calcula que se han enviado a los prostíbulos de la India. Vendidas, engañadas o hasta secuestradas, el tráfico llega a las siete mil niñas nepalíes anuales. No tienen más de ocho años cuando llegan a la India. Hablo del Sida que cogen la mayoría de ellas y que las inutiliza para el trabajo y… para la vida a partir de los 13 o 14. Hablo de una infancia prostituida cada vez a edad más trempana justamente por el miedo al sida de los turistas sexuales. Hablo de los beach boys de Sri Lanka, de las niñas de Costa Rica a 20 dólares el polvo, de los gitanos albaneses prostituidos en las calles griegas, de los prostíbulos de Bangkok y las calles de Manila, hablo de Manaos, con tantas niñas ofrecidas en los locales de alterne, que ya es conocida como la Disneylandia del sexo, hablo de las peladitas de Panamá, de las estaciones de ferrocarril de Moscú, de las zonas turísticas de Marrakech, de las niñas de Boca Chica, de las de Kenia, de los niños de Hungría, a tres hamburguesas la pieza… Hablo de mis compatriotas, catalanes de pro, quizás hasta con moral en la maleta, que son sus clientes… Hablo de la prostitución infantil, que nunca, nunca, es voluntaria…


Si añado que algunos de esos mismos compatriotas, buena gente toda, en ese viajecito de trabajo con placer infantil incluído, irán a visitar sus inversiones económicas, quizás en la industria téxtil de Pakistán o Tailandia, o en zonas mineras o…, y estarán satisfechos del buen rendimiento de sus niños-obreros… Si añado que Africa se muere de sida y contiene el ejército de niños huérfanos más grande la historia, pero mi amigo se dedica a viajecitos exóticos, un poco de desierto, un poco de pesca de altura, quizás un safari fotográfico… ¿Qué es Africa sino solo un prospecto de agencia turística para viajentes con caràcter? Si añado que los niños-soldado combaten en todas las guerras del mundo, si…
El dolor muerde. Pero muerde aquí mismo, en nuestra tierra cristiana y
límpia, aquí donde solo un millar de niños se prostituyen. “¿Tántos?, ¡quien lo diría!” y donde la imagen de los niños obreros de principios del veinte ha desaparecido. Muerde aquí porqué son nuestros amigos, nuestros maridos, nuestros jefes, nuestros colegas los que nutren las entrañas de los prostíbulos infantiles, allí donde la infancia es un sueño destruido. “Solo le pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente”. Suena la canción en el eco de los remordimientos, y quizás mi amigo ama su ritmo y su cantante, pero no sabe que va con él la cosa, que es a él a quien apela.
Digo aquí y ahora que la prostitución infantil aumenta a velocidad macabra, y lo hace porqué queremos. Porqué nos servimos de esas niñas con nuestras visas-oro, nuestra opulencia y nuestra indiferencia. Digo que aumenta la muerte infantil, porque el sida ha convertido Africa en un desierto de madres muertas e hijos huérfanos y enfermos. Digo que la esclavitud infantil está soportando las grandes cuentas de explotación de las familias más importantes del mundo importante. Y que crece. Y digo que todo pasa allí, lejos de casa, porqué en casa queremos que pase.
Digo que mi amigo, que se va al tercer mundo de vez en cuando, y vuelve tan limpio y tan moral como se fue, no es mi amigo. Es el cliente de la vergüenza, el motor que arranca de cuajo la infancia de un niño. Digo que uno de ustedes, lector, es él. Y a lo mejor ni lo sabe. “Parecen tan mayores así pintadas, y son tan promiscuas…”


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¿conociais esta realidad de patio? trasero