Reflexión sobre la mentira del país que miente: Costa Rica, un país que conocerlo de verdad da pena. Si por ellos fuera se añadirían como un nuevo Estado-USA

CRICA Hipocrita

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jueves, 12 de junio de 2008

ole Limon

TOBÍAS VAGLIO SANDÍ
ALVARO AGUILAR UMAÑA
IVAN THOMPSON

De ellos, en una conmemoración muy sentida, el camarada Omar Orozco Campos refiere a los hechos mencionados de la siguiente forma:

“En los patios de la cárcel, cundía el miedo, pues, se decía que la fatídica lista era de 14 reos que esa noche, como ya se sabía, saldrían hacia San José. Por fin, a las siete y media de la noche, el Capitán, el criminal MANUEL ZUÑIGA JIRÓN, llamó a su despacho al ayudante Ulises Arias y le dio la lista de reos políticos, trabajadores reconocidos todos como buenos hijos del pueblo. Ulises Arias se arrimó a las rejas de la celda y empezó a cantar los nombres de lo que viajarían…

Los presos políticos, seis en total, ya se encontraban sentados en el Motocar 156, más los ayudantes que para ese efecto se habían asignado, armas en mano. Serían las 7.30 p.m., del 19 de diciembre de 1948. Clarencio Auld Alvarado, llevaba al cinto un revólver 38 largo especial. Luis Valverde Quirós, llevaba una ametralladora tipo “Reisem” y una pistola automática marca máuser. El propio capitán Zúñiga Jirón, portaba una ametralladora de pecho “Niehausen” y una pistola automática calibre 45, con sus respectivos magazines de tiros; y el ayudante Hernán Campos Esquivel un revolver 38 largo especial.

A la altura de la milla 41, donde la línea del ferrocarril comienza a bordear por su base el empinado cerro del Diablo, el motorista Auld Alvarado menguó la velocidad conduciéndolo más lentamente, hasta detenerlo en el punto más profundo de la curva en forma de herradura, que se conoce con el nombre de “El Codo del Diablo”. Campos creyó que había fallado la chispa, y se bajó para examinarla, por detrás del vehículo. No tuvo tiempo de examinar el aparato, pues Zuñiga Jirón había dado orden a los reos que se bajaran y entonces dio orden al motorista, para que se adelantara un poco con el motocar, los reos quedaron a unos cuantos metros del vehículo, luego el Capitán Zuñiga Jirón, estando esposados en parejas, abrió fuego con su ametralladora, siguiéndole Valverde.

Por dicha, para la memoria histórica un error de cálculo descubriría esta vulgar patraña perpetrada por estas huestes del odio, pues uno de los compañeros asesinados, fue encontrado con las esposas en sus manos.

Vanguardia Popular rinde un sentido homenaje a estos camaradas y hoy que en América del Sur se agiganta un ALBA donde el horizonte aclara profundamente para las grandes mayorías, gritamos a coro:

¡¡¡Compañeros mártires del CODO DEL DIABLO, presente, con ustedes hasta la victoria final!!! á

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¿conociais esta realidad de patio? trasero