En la actualidad, los Estados Unidos planifican construir bases militares en Bolivia (Villa Tunari, Chimoré e Ichoa), Argentina (base de Tolhuin en Tierra del Fuego), Ecuador (Islas Galápagos) y en el Brasil de Anita de Garivaldi y Lula (controlar la base de Alcántara). A estas bases militares debemos agregar las 34 existentes en Colombia, en el marco del Plan Colombia y aquellas (de entrenamiento militar), desconocidas por los pueblos y algunos gobiernos latinoamericanos –aun que usted no lo crea-, denominadas "Sitios de Operaciones de Avanzada" (FOS), entre los que están los de Costa Rica, Belice, Honduras, Islas Caimán y Panamá.
La ocupación por cualquier vía
Una de las piezas claves, para el logro e los objetivos imperiales, ha sido la implementación del llamado Plan Colombia, el cual esta dentro de la estructura del ALCA, donde el componente militar (bajo la excusa del combate a la narcoguerrilla y el terrorismo), aseguraría los propósitos coloniales. Este Plan, impuesto a partir de 1999 no es otra cosa que una estrategia político militar de intervención contrainsurgente, con pibote en Colombia, para liquidar las luchas sociales en toda América Latina y asegurar las bases de consumo y producción de su modelo económico neoliberal.
El Plan Colombia en su primera fase, tuvo un costo aproximado de 7.500 millones de dólares (a ser ejecutados en cinco años), convirtiéndose Colombia, en el primer país receptor de "ayuda" militar estadounidense en Latinoamérica y en el tercero a nivel mundial, después de Israel y Egipto. Con estos dineros se ha iniciado una fuerte militarización de nuestro continente, siendo la base militar de Manta (en Ecuador), el principal centro de espionaje electrónico con tecnología satelital del Pentágono en América del Sur; desde donde parten cada día, a cumplir su rutina, aviones del tipo Orión C-130 de la Armada de ese país. En la actualidad la base alberga (según los expertos), unos 162 oficiales estadounidenses y 231 empleados (casi todos ex militares), adscritos a la corporación multinacional Dyncorp, con casa matriz en el estado de Virginia, sede del Pentágono.
Para su ejecución, fue preciso impusieran (cuestión que no han logrado plenamente en otros países), la reestructuración de sus ejércitos. En cuanto a Colombia se refiere, su ejército fue incrementado en aproximadamente un 145%, pues se pasó de una fuerza de 22.891 en 1998 a 56.203 en el 2002; las fuerzas militares totalizaron 140.000 hombres calificados para el combate. Es decir, han incorporado aproximadamente 60.000 soldados desde 1998. En cuanto a soldados regulares dentro del "plan fortaleza" su número fue de 73.068 al finalizar el 2001, con el "plan aplazamiento se incorporaron más de 1000 hombres que se traduce en 10 unidades tácticas para el sector energético (fundamentalmente las petroleras) y 4 brigadas móviles. En lo que se refiere a la policía, fueron incorporados 10.000 nuevos hombres. Por su parte, la fuerza aérea desde 1999, incremento en 4 veces su capacidad de combate por medio de la adquisición de helicópteros del tipo, Black Hawk y Huey; así como, la modernización de aviones; de sus equipos aeronáuticos los cuales se incrementaron en 118% respecto al mismo año.
Todo este despliegue militar, tiene como objetivo favorecer las transnacionales, fundamentalmente las vinculadas al sector petrolero. Y es precisamente, como en torno al Plan Colombia, un grupo de parlamentarios norteamericanos planteó hacia finales de los 90 del siglo pasado, que para aplicar dicha iniciativa, el país neogranadino tenía que darle prioridad a la industria petrolera. Para ello, los hijos de Santander en ejercicio de gobierno, modificaron la política petrolera y pasaron a darle grandes contratos de exploración y explotación de petróleo y gas natural (por presión de grupos de interés pro yanquis y desde los Estados Unidos), a corporaciones extranjeras (norteamericanas y europeas), donde las regalías que le pagan dichas empresas a la estatal ECOPETROL, bajaron del 16% al 5% y la participación de las compañías transnacionales subió del 25% al 50%. Con la efímera dictadura del traidor Carmona Estanga, en Venezuela y junto a todos quienes le aupaban dentro y desde fuera, se buscó (y aun procuran), cogerse el país para ellos e incorporarnos a su línea de producción hum
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