América Latina y Costa Rica :Lo que está por venir
Varios países que le han dicho NO a las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos, y han elegido gobernantes progresistas que no simpatizan especialmente con el imperio
Alfonso J. Palacios Echeverría [30.06.2008 14:17] - 9 lecturas - 0 comentarios
Una vez termine la nefasta “Era Bush”, un país entero y particularmente sus ciudadanos, sin responsabilidad alguna excepto por el error de haber elegido a un personaje como éste para que los gobernara, habrán obtenido el más alto repudio internacional. Víctimas de tramáfulas mediáticas como se acostumbra ahora en todos los países tercermundistas, de la misma forma que se ha hecho en el nuestro, en donde los intereses privados y en particular los medios de comunicación se ponen al servicio de los intereses de las camarillas político-económicas que expolian la riqueza nacional en beneficio propio, el pueblo norteamericano, como el nuestro, está pagando las consecuencias de sus decisiones. Sin embargo, no todo está perdido. Se notan señales por todas partes que indican que el péndulo empieza a girar en dirección contraria.
Por ello parece un pasaje de realismo mágico que los gobernantes de nuestro país, viendo cómo agoniza a nivel norteamericano el neoconservadurismo y a nivel latinoamericano el neoliberalismo, continúen con los ojos criminalmente ciegos ente las realidades que impone la justicia social.
El dominio de la hipocresía, el doble discurso y el egoísmo más aberrante, que son las bases de la corriente económica conocida como neoliberalismo, ha iniciado un largo descenso a nivel mundial porque se están recomponiendo las fuerzas sociales en muchos países, lo cual es el lógico producto de las catástrofes económicas, políticas y medioambientales que han causado con sus políticas cuando éstas se han aceptado como soluciones a los “problemas nacionales”, como en nuestro país, para vergüenza de todos. Sin embargo, nuevos gobiernos en otros países, más interesados en recomponer el desarrollo social, abandonado por decenios de neoliberalismo, y cada uno a su manera, están iniciando el proceso de reversión de los nefastos resultados que han empobrecido al mundo en general, como producto de la especulación más aberrante (petróleo y alimentos, por ejemplo), mientras se fortalecen las grandes concentraciones de capital.
Hoy las realidades presentes nos ponen claramente de manifiesto la ceguera del actual y pasados gobiernos, obnubilados por la ambición personal de los políticos de turno, que no tuvieron la inteligencia (o la honestidad) de una mirada prospectiva, y nos sumieron en el caos presente, en donde dependemos de la importación de productos que antes producíamos (arroz, maíz, etc.), en donde el abandono del transporte ferroviario de personas y particularmente de carga generó el deterioro de las vías nacionales y una suicida dependencia del petróleo, hoy por las nubes, y así mil y mil cosas más.
Estamos acostumbrados a ver y escuchar en los medios de comunicación, toda clase de noticias tergiversadas acerca de lo que sucede en países en donde la izquierda (si así puede llamarse a los variopintos movimientos de reivindicación social) toma medidas para revertir los desastres que han traído tanta desigualdad, pobreza y desesperación a pueblos enteros en nuestro continente. Pero nunca un análisis sopesado y lúcido de los fenómenos, en una dimensión más amplia y exenta de intereses creados. Seguimos siendo las víctimas impotentes de los medios de comunicación controlados por los grandes intereses económicos, que son tan poderosos en nuestros tiempos, que compran las conciencias de los políticos sin el menor asomo de consideración de pueblos enteros. Y parte de ello ha sido la cobertura mediática de la carrera hacia la nominación demócrata por la presidencia de los Estados Unidos.
Lo que acabamos de ver en las justas preelectorales, en donde el partido en el poder apuesta por mucho más de lo mismo con un representante emblemático de la gerontocracia republicana, y el partido contrario, el demócrata, elige la visión del cambio, de la juventud, del enmendar errores, aunque en el fondo ninguno de los dos cuestione el poder hegemónico del imperio norteamericano, es parte del movimiento mundial que se está dando, en cada país a su manera y medida, para tratar de paliar todos los desastres políticos, económicos y medioambientales que nos tienen en la presente situación mundial. Pero como la velocidad de movimiento de los animales grandes es siempre más lenta que la de los pequeños, no son de esperarse grandes transformaciones a corto plazo.
Poco le falta ya a la Era Bush para terminar su deslucido gobierno, gracias a que el tiempo no perdona, y menos de dos años faltan ya para que termine el actual gobierno costarricense, producto de la vergüenza nacional que representa la indiferencia y el “poco me importa” del pueblo, el cual gobierno ha mantenido como tesis de Estado el destruir en sus cimientos el modelo de desarrollo costarricense, para beneficiar los grandes capitales, en vez de haber tomado el sendero de la evolución pausada e inteligente de todo aquello que debía y podía ser mejorado. Todo en aras de seguir las políticas impuestas por el gobierno norteamericano de Bush a los países centroamericanos, a fin de favorecer la penetración de los intereses empresariales.
Este tema merece un comentario. Lo que pasó, en el fondo, es el producto de la indiferencia popular, producto de su ignorancia y de la manipulación brutal que ejercieron y han ejercido durante años los medios de comunicación. Pero debemos ser conscientes que ya estábamos acostumbrados.Cuando se firmó el tratado de libre comercio con México, las grandes empresas mexicanas empezaron a comprar todo lo que de seudo industria teníamos, porque al tico le fascina ser “rentista” y no trabajar, y así se vendió todo lo vendible. El desarrollo turístico está en manos de los grandes consorcios extranjeros (norteamericanos, europeos, mexicanos y otros) que irrespetan las leyes y las normativas de conservación ambiental. El doble discurso en contra de los monopolios estatales, ha permitido simultáneamente los monopolios privados y las concesiones, tras de las cuales deben haber habido pingues ganancias para los políticos de turno. La punta del iceberg de ICE-Alcatel, CCSS-Fischel y sus socios europeos, y otras linduras a las cuales no se les ha dado suficiente cobertura mediática, son solamente una muestra. Pero hoy nadie se acuerda de ello, se acomodaron a vivir bajo unas nuevas circunstancias ante las que se definieron como impotentes, sin lucha, sin protesta, sin reivindicación.
Pero la historia, como el mar, está compuesta de un movimiento continuo, producido por los vientos que lo cubren, y que en el caso de la historia son los avatares del pensamiento que guía las reivindicaciones de los pueblos frente a la voracidad de los plutócratas.
Así pues, al nuevo gobierno norteamericano, que se espera sea demócrata, con Obama a la cabeza (si es que no lo liquidan antes en algún atentado al estilo de los hermanos Kennedy), le espera una larga lista de cosas por enmendar. Veamos algunas.
En el caso de la relación con Cuba: la Ley Helms Burton, que profundiza el bloqueo, codifica cómo y con quiénes debe realizarse la transición cubana a la democracia y que amenaza con llevar a los tribunales norteamericanos a las corporaciones y a los individuos que inviertan en Cuba. Esta insólita ley, aprobada en el Congreso de un país para ser aplicada en otro mientras amenaza y coacciona a todos los demás países, tiene como objetivo controlar el futuro de Cuba o asfixiarla económicamente. La Comisión de ayuda a una Cuba libre, o sea el Plan Bush, que sustituye la legislación cubana por la estadounidense y que contiene un tenebroso anexo que es secreto ”por razones de seguridad nacional”. La Ley de ajuste cubano de 1966, según la cual se estimula las peligrosas salidas ilegales de Cuba hacia EE UU.
Ente las muchas medidas que allí se incluyen se encuentran cosas como que a los ciudadanos norteamericanos se les prohíbe viajar a Cuba y la venta de medicinas y aparatos clínicos con patente norteamericana. Se prohíbe por un periodo de seis meses, que los buques de cualquier nacionalidad que atraquen en puertos cubanos toquen puertos estadounidenses. Se prohíbe a terceros países la venta a Cuba de cualquier mercancía con un 20 % de componentes patentados en EE UU. Se le prohíbe realizar transacciones en dólares en el mercado internacional.
En el caso de los derechos humanos: está el tema de un campo de concentración y de tortura en territorio cubano (Guantánamo), y los viajes secretos hacia bases o campos de tortura en Europa; las masacres de civiles en Irak que se cuentan ya por cientos de miles, desde que se inició la guerra fundamentada en un rosario de mentiras; la eliminación del habeas corpus y la autorización de la tortura como instrumentos de represión; y así un sin fin de cosas más.
En el caso de las relaciones con América latina: el nuevo presidente se encontrará con una situación totalmente diferente a la de hace pocos años. Varios países que le han dicho NO a las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos, y han elegido gobernantes progresistas que no simpatizan especialmente con el imperio. Una desconfianza letal a todo lo que tenga el menor asomo de imposición o chantaje, incluida lo de la reactivación de la flota que se supone “nos cuidará de ingerencias extrañas” que no sean las norteamericanas. Un darle la espalda a las intromisiones abiertas y descaradas, ya sea a través de la USAID, como en el caso de Bolivia, o de sus derechos de veto o de imponer políticas en los organismos multilaterales de asistencia o crédito. Solamente quedan algunos lacayos obedientes: Costa Rica, El Salvador, Colombia y Perú.
Se encontrará que el sueño de la unipolaridad norteamericana se está derrumbando más rápido de lo que esperaban, si es que alguna vez trataron de crear escenarios futuros. Su economía en profunda crisis, su imagen internacional desprestigiada, y que solamente le resta la imposición de su visión del mundo por la fuerza de las armas.
¿Pero es realmente posible un viraje tan dramático y la recuperación de su imagen? Creemos que no, que las cosas no han de cambiar mucho, fuera de los retoques cosméticos, porque los grandes intereses económicos norteamericanos que financian las campañas políticas actuales son los mismos que anteriormente financiaron al actual presidente, y ello es parte de las medidas de protección de sus intereses comerciales. Y esta realidad es válida también para Costa Rica, en nuestra pequeñez y mezquindad.
Reflexión sobre la mentira del país que miente: Costa Rica, un país que conocerlo de verdad da pena. Si por ellos fuera se añadirían como un nuevo Estado-USA
CRICA Hipocrita
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lunes, 30 de junio de 2008
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1 comentario:
Soy costarricense de pura cepa gracias a Diós y quiero decirte que esto que habés escrito me parece una ignoracia grandísima puesto que pintás a mi país como si fuese un esclavo de los EE.UU. lo cual es una gran ignorancia de tu parte. Siendo costarricense y por ende socio-democrático, no como vos ya que te das un aire de comunista palurdo, respeto tu artículo por el deber que tengo de respetar a todo ser humano, pues si vos no lo sabías he aquí el espíritu costarricense el cual es y será siempre humanista ante todo empero no comparto para nada tu opinión y le doy gracias a Dios y ante y a José Figueres Ferrer por haber hecho una Costa Rica donde florece la educación la cual a salvado a nuestra nación de sembrar mentes tiranas como la que vos tenés.
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